En el centro de la tumba ibérica de la necrópolis de la Puerta Norte se encontraba el ajuar, destacando la presencia de una lujosa crátera de figuras rojas importada desde la antigua Grecia.
La crátera, que contenía en su interior los restos incinerados de una persona, se encontraba junto a una urna, un plato de cerámica, una pequeña copa de cerámica y pequeños elementos personales relacionados con la vida de esta persona, como una sortija y varias fusayolas.