Jasper F. Cropsey, vinculado a la Escuela del río Hudson, comenzó su carrera como pintor en 1843, a raíz de su primera visita al lago Greenwood. Desde entonces realizó numerosas vistas de esta zona próxima a Nueva York. Sus obras se caracterizan por presentar la naturaleza de manera fidedigna y precisa, en ocasiones salpicada de elementos pintorescos. La posibilidad de conocer los paisajes americanos con tal detalle permitió que Cropsey se ganase el favor del público europeo durante sus estancias en el viejo continente.
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