Es una de las tapas más populares de la gastronomía española y, sin embargo, tiene su origen en Francia. Emilia Pardo Bazán escribía en ‘La cocina española antigua’ que “la francesa es enorme, dura y sin gracia. Aquí, al contrario, la hacen bien. Las croquetitas se deshacen en la boca, de tan blandas y suaves”. Este bocado de bechamel empanado y frito, con picadillo de jamón (aunque actualmente hay decenas de versiones con originales rellenos) tiene su primera referencia escrita durante el reinado de Luis XIV, aunque parece que fue Antonin Carême en 1817 el encargado de darle la cobertura crujiente.
¡Todo listo!
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