Bifaz lanceolado de morfología simétrica y base adelgazada. Los bifaces se caracterizan por su forma apuntada y por estar trabajados por ambas caras con la intención de obtener un filo cortante en todo su perímetro. Tallados a partir de nódulos o de grandes lascas, para su elaboración se utilizaron diferentes materias líticas. Se emplearon en tareas muy variadas, desde el procesado de alimento a la obtención de madera.
Esta pieza procede del Cerro de San Isidro (Valle del Manzanares, Madrid). El yacimiento posee una especial relevancia para la historia de la investigación del Paleolítico en España, dado que con su descubrimiento da comienzo la misma en nuestro país. Por la fecha en que se dieron a conocer los primeros hallazgos en el sitio (1862) es, junto con otros yacimientos europeos, uno de los pioneros en el inicio de la ciencia prehistórica.
Los valles de los ríos Manzanares y Jarama en Madrid son una de las áreas de mayor concentración de yacimientos achelenses de la Península Ibérica.