“Yo luché contra el racismo con mi arte”, declaró Hayward Oubre. Tenía la piel clara, y podía haber “pasado” por blanco, pero dignamente se negó a hacerlo. Cuando un estudiante de su clase de grabado en la Universidad de Iowa hizo un comentario racista sobre él, Oubre respondió con una obra donde mostraba a un hombre negro atacando a una serpiente que representaba a la raza blanca. En este autorretrato, realizado en la misma clase, Oubre acentúa el tono bronceado de su piel con papel beige y dejando una delgada capa de tinta sobre la placa. Exagera el tamaño de los ojos, pero elude la mirada del observador, quizás sugiriendo su aislamiento. Las líneas debajo de los ojos evocan bolsas prematuras, quizás por la tensión de haber vivido en dormitorios segregados en el campus universitario.
Luego de completar una maestría en bellas artes en 1948, Oubre se dedicó a la enseñanza y hacia 1960 comenzó a crear esculturas de alambre que en años recientes han recibido un creciente reconocimiento.
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