Tocado hecho de piel y pelo animal, posiblemente de búfalo, a modo de bonete. La parte frontal está compuesta por una banda formada por estrechas tiras de corteza que se han forrado con púas de puercoespín teñidas de diferentes colores (blanco, naranja y amarillo). Sobre estas, la piel está recortada a modo de almenas y pintada en rojo con puntos azules y borde cosido en blanco, mientras que la parte de atrás está adornada con crin de caballo teñida en naranja. En su parte delantera, presenta dos cuernos de animal cortados por la mitad y vaciados; uno de ellos conserva en la punta pelo de animal teñido de naranja enrollado con fibra vegetal a modo de remate. Por la parte trasera, está adornado con mechones de crines grises y negras. Este tipo de tocado, claro atributo de poder, es menos conocido que el tocado de plumas. Según George Catlin ("Los indios de Norteamérica", 1992), solo los guerreros de mayor rango podían llevar este tipo de piezas: "Desde lejos se distingue a un jefe o un guerrero con tal notoriedad que adquiere el derecho a adornar su tocado con cuernos, lo que le confiere un aspecto extraño y al mismo tiempo majestuoso". Suele estar realizado con un bonete hecho de piel de búfalo que conserva el pelo, con una banda en la frente y un cuerno de búfalo a cada lado; ambos vaciados previamente para que no pesen. Esta pieza formó parte de una colección procedente de la antigua Biblioteca Arzobispal de Toledo, más tarde llamada Biblioteca Provincial y ahora conocida como Borbón-Lorenzana, que pasó a formar parte del Museo Arqueológico Nacional en 1869.