Este óleo sobre lienzo del siglo XVII de escuela napolitana muestra en primer término a la Virgen María sentada con el Niño Jesús en su regazo durmiendo sobre su pecho. A su lado, en segundo término, San Juan Bautista niño se lleva el dedo índice de la mano derecha a la boca pidiendo silencio, mientras con la izquierda acaricia la cabeza del corderito que se asoma, que simboliza el Agnus Dei (Cordero de Dios). Sobre él, dormitando sobre su cayado, se encuentra San José. Destacan el colorido y la luz que irradian los personajes centrales frente a la penumbra del resto de la composición.