La Puerta Santa de Santiago de Compostela creada en el siglo XVII debe su ornamentación a la desarticulación del coro mateano. Originalmente sólo doce de las figuras del Antiguo y Nuevo Testamento rodeaban la entrada, sin embargo, esta puerta fue también objeto de reformas barrocas. A las iniciales se añadieron otras doce figuras y cuatro de los plafones que cubrían cada sitial del coro.