En las cocinas de algunas familias poblanas, se siguen elaborando los huevitos de faltriquera, al igual que hace cuatro siglos. Se fabrican especialmente para obsequiarlos en los bautizos, se envuelven en papel de china azul si es niño o papel rosa si es niña. Aparte de cuál sea el motivo para consumirlos, esto habla de una continuidad en el gusto por estos dulces.