La obra de Juan Uslé está asociada a la vuelta a la pintura abstracta que surgió a finales de los ochenta y comienzos de los noventa del siglo XX. En una época en que la idea de la evolución estilística fue sustituida por ideas de pluralismo, una serie de pintores recuperaron los estilos abstractos supuestamente moribundos de la modernidad anterior y los emplearon como medio para sus propios fines personales. Se distanciaron de los conceptos utópicos y puramente formalistas ligados a gran parte de la abstracción moderna y emplearon su lenguaje para explorar una gran variedad de experiencias e ideas. Con sus pinturas, Uslé crea espacios autónomos que reflejan los procesos intelectuales y emocionales. Los primeros trabajos del artista a comienzos de la década de 1980 se aproximaban a los nuevos expresionismos, pero dicha tendencia cambió cuando se marchó de España para vivir en Nueva York, en 1986. Sus primeras pinturas realizadas en EE. UU. eran pequeños paisajes marinos, oscuros, evocadores, de la costa de Cantabria, región española en la que nació. A comienzos de la década de 1990, todos los elementos figurativos habían desaparecido y habían dado paso a la creación de pinturas abstractas líricas, de carácter más analítico y conceptual aunque sin restar importancia a la forma acabada.
Uslé ha tendido a trabajar con series. Como sugiere su título, Soñé que revelabas XI (Airport), de 2002, es el undécimo cuadro de una serie de pinturas que el artista comenzó en 1997. La serie se caracteriza por franjas horizontales de pinceladas verticales de pintura negra que se repiten metódicamente. Cada fila o pincelada varía de tonos claros a oscuros, creando la sensación de movimiento lento o palpitante y transparencias y profundidades ambiguas. A veces, aparecen pequeños puntos o rayas de color en la superficie, como puede observarse en las líneas naranjas que limitan con las cuatro franjas más oscuras en Soñé que revelabas XI (Airport), que producen tensiones espaciales y dotan a cada pintura de su carácter único.
La repetición mecánica de las pinceladas en la serie Soñé que revelabas muestra claramente un enfoque sistemático y orientado al proceso. Asimismo, la pincelada es un rastro visible del cuerpo y su actividad física. Además, el efecto de estas obras es muy meditativo, como si fueran mandalas oblongos. Para Uslé, el negro representa el borrado de la memoria (de hecho, un grupo de obras anteriores poseían la palabra amnesia en sus títulos) y, por tanto, de la luz y las imágenes.