Exvoto de pequeñas dimensiones perteneciente a la cultura ibérica. La pieza ha sido realizada mediante la técnica directa de la fundición a la cera perdida en bronce, posteriormente perfilada con la técnica del burilado y pulimentado de sus superficies. El exvoto se dispone frontalmente y con unos rasgos muy estilizados y poco real. El rostro se resuelve con una serie de líneas trazadas mediante buril, destacando los ojos y boca. La cabellera se recoge en dos trenzas, colgando cada una de ellas por cada hombro y rematadas por una bola. El pecho está simulado mediante dos pequeños botones circulares que apenas sobresalen y que nos indican el sexo femenino del exvoto. Viste una túnica larga que solo deja al descubierto los pies (de gran tamaño) por la parte inferior tras un ligero vuelo, de mangas cortas y escote de pico, ceñida a la cintura por un cinturón ancho. La figura porta un par de pendientes en forma de ´s´ de gran tamaño. Los brazos están pegados al cuerpo hasta la altura del codo y el resto se despliega frontalmente, posiblemente en actitud orante.
Estos exvotos ejemplifican la posición y la participación de la mujer en la ritualidad y el culto al panteón íbero. En el mismo registro arqueológico se recoge toda una cultura material con presencia femenina, con escenas que van de figuras individuales a la pareja aristocrática. Espacios como Castulo (Linares, Jaén), Collado de los Jardines (Despeñaperros), los Altos del Sotillo (Castellar, Jaén) o Torreparedones (Baena, Castro del Río) están contribuyendo a la comprensión de estas piezas no como meros objetos artísticos, sino como expresión socio-ideológica enmarcada en una estructura litúrgica bien definida, con aspectos comunes y con otros singulares del lugar.