El hallazgo en 2011 de la tumba ibérica de la necrópolis de la Puerta Norte aportó una valiosa información sobre el mundo funerario de la época, documentándose el ajuar completo depositado en su interior hace más de 2.300 años, compuesto por una crátera griega, una urna, un plato de cerámica, una pequeña copa de cerámica y pequeños elementos personales relacionados con la vida de esta persona: como una sortija y varias fusayolas.