Im Grau (En gris) es la continuación del principio de construir cuadros a partir de una interpenetración de las pequeñas formas más o menos jeroglíficas que Kandinsky había inventado en Múnich. El propio artista consideró este gran lienzo "el final de su periodo dramático".
Con esta obra maestra de su periodo ruso, Kandinsky abandona la práctica de dividir el lienzo en dos y pinta toda la superficie con una composición abstracta que parece danzar en un espacio infinito. Este cuadro destaca por el uso intensificado de geometrías y colores más tácitos gracias al contraste con colores primarios. En el ángulo izquierdo, el "duga" (yugo ruso), que ya había aparecido en la obra Mit dem Schwarzen Bogen (Cuadro con arco negro), adopta la forma evocadora de una estrella.