Àngel Pomerol Sánchez (1961) Esta es una obra incisiva, sorprendente y alegórica que habla de diferentes aspectos que se han grabado en la memoria de su autor. Lo más remarcable: la decadencia y la muerte, como ilustra el conocido “capitel de las ratas” del claustro de la catedral de Tarragona. En segundo lugar queda la memoria de su infancia, donde una rata de cerámica ornamentaba su imaginario. Todo esto teje la motivación lacónica, la otra parte la pone el relato de los hermanos Grimm, El flautista de Hamelín, historia terrorífica a la cual dedica la obra. In memoriam presenta un grupo de ratas que se comen tres peonzas alegóricas. Son estructuras que giran en tiempos distintos, algunas todavía están activas… ¿o son los juguetes de los niños-hombres? ¿Se trata de unas peonzas? ¿De manubrios de grifos? Son artefactos que pueden hacer alusiones a universos humanizados que entran en períodos de decadencia, a sistemas que quedan paralizados en el desgaste de su rotación y que en el momento final se convierten en un banquete suculento para las fuerzas devoradoras: las ratas. En estas piezas inquietantes también podemos testimoniar estados dinámicos que llegan al colapso. 36.º premio Julio Antonio de escultura, Biennal d’Art 2012