Valdés Leal realiza esta obra durante su documentada estancia en Córdoba hacia 1645, donde estudió con Antonio del Castillo y contrajo matrimonio con la hija de un platero. El destino de esta Inmaculada era el altar que el gremio de la platería tenía instalado en la antigua calle de la Pescadería, y que fue retirado de su emplazamiento en 1841 con motivo del denominado decreto liberal Iznardi. Emulando la composición de la "Inmaculada con Fray Juan de Quirós" de Murillo, conservada en el Palacio Arzobispal de Sevilla, se representa a la Virgen sobre peana de fina platería y al santo patrono del gremio junto a San Antonio de Padua, santo también de especial significado para los plateros.