El MUSA posee desde 2011 una pieza de la serie Mantos eólicos trabajada sobre madera sellada y pulida, a la que aplicó numerosas capas de pintura acrílica y grafito, siempre cuidando de no perder la textura original de la madera. Sus nudos e imperfecciones afectan el color y generan gradaciones en las tonalidades del azul y el grafito que las cubre. La superficie nítida por el pulimento de las capas, conserva una transparencia que dota a la pieza de una atmósfera de gran sutileza