Remate compuesto por un tubo hueco abierto en ambos extremos, donde debió de ir insertado un vástago de madera, profusamente decorado con una iconografía conocida como “señor de los animales”. En la parte superior se muestra una cabeza masculina con rostro grotesco, de cuyo cuello sobresalen dos brazos que sujetan con fuerza sendos animales rampantes de largos cuerpos rematados con una cabeza de gallo. En el centro, aparece otro rostro grotesco, y bajo éste las extremidades de los animales.
Es muy posible que este tipo de remate, muy común en la zona de Luristán, formase parte de un estandarte utilizado como símbolo de prestigio y honor de un guerrero, de una familia o de un grupo dentro de una comunidad.
La pieza ingreso en el Museo en 1973 formando parte de la colección de Martínez Santa-Olalla.