Marco Antonio Quelca tomó el nombre del libro para crear un colectivo de cocineros que bajo el nombre de Sabor Clandestino transgreden las pautas en que se mueve la gastronomía, la alta cocina; juegan con la irreverencia. Empezaron a realizar acciones culinarias en que se apropiaban de espacios públicos o de lugares como un prado, un mirador, entre otros. Somos Calle es su primer gran proyecto y marcó las líneas de su programa. Su acción propone una transición del privado al público, en la que desmaterializa el espacio físico del restaurante y lleva su propuesta en la calle.Los restaurantes en La Paz son poco accesibles a la población popular, por precio o ubicación en entornos elitistas. En esta acción ofrecen comidas gratis, empleando la esencia de comida callejera Boliviana para dar nuevas opciones al comensal de la calle y, de este modo, contagiar a una curiosidad de poder
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