"Me propuse intentar un género muy difícil, el del horror. Carlos Toussaint se encargó de mi escenografía, no obstante su originalidad, tal vez nos equivocamos. Quisimos huir del tétrico caserón antiguo, lugar común en las películas de miedo. Preferimos una arquitectura moderna, llena de ventanales y de luz, muy apropiada para un sitio de experimentos científicos."