Menos dado a la beligerancia pública que Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, pero igual de figurante que ellos en la escena artística, José Clemente Orozco mantuvo en los retratos de Juan Guzmán el semblante severo que él mismo fijó en sus autorretratos pictóricos (1932, 1937, 1940 y 1946). La serie más completa que el fotógrafo realizó con la anuencia del artista jalisciense tuvo como escenario la Escuela Nacional de Maestros. Orozco posó para Guzmán y se dejó retratar mientras preparaba, con su equipo de trabajo, el mural Alegoría nacional (1947-48), que tenía como soporte el muro cóncavo que remataba el teatro al aire libre de aquel edificio, obra reciente del arquitecto Mario Pani.