La obra tiene el interés del personaje retratado que representa a un amigo y además está estrechamente ligado con Zaragoza.
Se representa al personaje que posa en posición de tres cuartos visitiendo casaca marrón y sobre el pecho la cruz de Carlos III, que le fue concedida en el año 1789 e impuesta por José de Pignatelli en solemne acto celebrado en la Iglesia del Real Seminario de San Carlos. La mano derecha se introduce parcialmente por la casaca. Resalta el rostro ciertamente brillante, contrastando con los marrones de la casaca y el fondo oscuro y neutro del conjunto.