El grabado representa el acto 8 de la obra, en un momento en el que Konami y su madre Tonase realizan el largo viaje “nupcial”, para reunirse con su prometido Rikiya.
Konami le señala a su madre un lugar concreto que pueden contemplar a la derecha y que hacen fijarse al espectador en el maravilloso paisaje que las rodea, con un lago a sus pies y el sagrado monte Fuji al fondo.