A su muerte, don Pedro Acuña y Malvar legó a la catedral de Santiago su rica biblioteca y una gran colección de tapices, de diferentes épocas y autores. El conjunto más numeroso de piezas se corresponde con obras tejidas en la Real Fábrica de Santa Bárbara en sus primeros años de funcionamiento, tras ser fundada por impulso de Felipe V en 1721, a partir de pinturas de temática costumbrista realizadas casi cien años antes por los pintores flamencos David Teniers y Wouwemars, ambos de prolífica carrera y cuyas obras formaban parte destacada de las colecciones reales.
Entre los tapices del Museo Catedral, puede destacarse uno de los que representa una Kermés, término neerlandés por el que, a partir del siglo XVII acaba denominándose a toda fiesta popular, cuya pintura original se conserva, actualmente, en el Museo Nacional del Prado.
El cartón de este tapiz fue pintado por David Teniers el joven, hijo del pintor de idéntico nombre. Tuvo un gran predicamento en los años centrales del siglo XVII y fue habitual colaborador de los distintos gobernadores nombrados por los monarcas espaloles en Flandes. Felipe IV fue, así mismo, un habitual comprador de obras suyas, lo que enriqueció las colecciones reales y permitió que, un siglo después, estas piezas se utilizaran en la confección de los referidos tapices en la Real Fábrica española.