Diego Rivera pintó "La Quebrada" en la casa que Dolores Olmedo tenía en Acapulco, donde él vivió sus últimos años, convaleciente de cáncer. Rivera dedicó esta pintura a Frida Kahlo, que había muerto hacía dos años.
La Quebrada es uno de los lugares más famosos en Acapulco. Muchos turistas lo visitan a diario para ver el asombroso espectáculo de los clavadistas que saltan de los acantilados al mar.