El autor de la obra, Daniel Vázquez Díaz y el escritor y Premio Nobel de Literatra, Juan Ramón Jiménez se conocieron gracias a una afición común a la pintura, que los llevó a estudiar a Sevilla en 1886. Desde entonces mantuvieron una estrecha relación de mutuo respeto y admiración. Este retrato es el último que se conoce de Juan Ramón Jiménez antes de morir.