Glande iberromano realizado en plomo blanco grisáceo en molde. Presenta forma bicónica con unos ligeros rebordes producidos por el molde. La superficie de la pieza presenta concreciones terrosas y algunos cortes provocados por posibles impactos del uso. En ambos extremos podemos ver unos apéndices o rebabas que agudizan la pieza. Los glandes fueron empleados como proyectiles de hondas tanto por etruscos como por romanos y celtíberos. Se consideraron armas menores. Este tipo de armas presenta una serie de ventajas entre las que podemos señalar: tener mayor alcance (entre trescientos y cuatrocientos metros), mayor precisión a la hora de acertar el objetivo, ser prácticamente invisibles por su tamaño, ser de fácil sustitución por otro tipo de munición (piedras, cantos, fragmentos pétreos) o provocar heridas considerables. Como desventaja, destacar el complejo proceso de entrenamiento que tenía que pasar el hondero, un período que abarca entre dos y tres años. Se usaban tanto para la caza menor (realizados en barro) como para la guerra (realizados en plomo, piedra y bronce).