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Little Conklin piano

Emilio Rodríguez LarraínOriginal version from 1969 - 1990

MALI, Museo de Arte de Lima

MALI, Museo de Arte de Lima
Lima, Perú

At the end of the 1950s, the Peruvian artist Emilio Rodríguez Larraín returned to Europe seeking to explore the current artistic trends in the centers of modernity. In 1961 he met Marcel Duchamp, who led him to think about “managed chance” and the “ready made”, procedures that are present in most of his works. This influence is apparent, for example, in Little Conklin piano (1969), an emblematic piece in his career as a sculptor and also one of his first works in this genre. The constructive sense of the piece, that the artist projected in his detailed plans, reflects his initial training as an architect, but also a radically different conception of artistic creation. In contrast with the gestuality that has characterized his painting, Rodríguez Larraín constructs objects that, in appearance, are the product of a precise, almost mathematical, rationality. They are self-sufficient pieces, like autonomous entities, but they have a fantastic and disturbing charge (a staircase that leads to nowhere, for example) that arises from the poetics of early surrealism and his interest in the traces of certain magical.

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  • Título: Little Conklin piano
  • Vida del creador: Lima, 1928
  • Nacionalidad del creador: Peruvian
  • Sexo del creador: Masculine
  • Lugar de nacimiento del creador: Lima
  • Fecha de creación: Original version from 1969 - 1990
  • Dimensiones físicas: w210 x h355 x d210 cm (Complete)
  • Tipo: Construction in wood and bronze
  • Derechos: Colección Museo de Arte de Lima. CAAC 2007
  • Título original: Pianito Conklin
  • Técnica: Construcción en madera y bronce
  • Texto curatorial: A fines de la década de 1950, el artista peruano Emilio Rodríguez Larraín retornó a Europa buscando confrontarse con las tendencias artísticas vigentes en los centros de la modernidad. En 1961 conoce a Marcel Duchamp, con quien reflexionará sobre “el azar dirigido” y el “ready made”, procedimientos que se harán presentes en toda su obra. Esta influencia se advierte, por ejemplo, en Pianito Conklin (1969), pieza emblemática de su labor como escultor y también una de sus primeras obras en este género. El sentido constructivo de la pieza, que el artista proyectó en planos detallados, reflejan su formación inicial como arquitecto, pero también una concepción radicalmente distinta de la creación/fabricación artística. En contraste con la gestualidad que ha caracterizado a su pintura, Rodríguez Larraín construye objetos que, en apariencia, son producto de una racionalidad precisa, casi matemática. Son piezas autosuficientes, como entidades autónomas, que no parecen requerir de la referencia. Pero tienen una carga fantástica y perturbadora (una escalera que no conduce a ningún lugar, por ejemplo), que derivan su poética del primer surrealismo simbolista y su interés por las claves de cierto ocultismo mágico.
  • sculptor: Emilio Rodríguez Larraín
MALI, Museo de Arte de Lima

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