Lustau, a diferencia de otras bodegas, nace en el campo y entre viñas, en la finca Nuestra Señora de Nuestra Esperanza en el año 1896, cuando la funda José Ruiz Berdejo. En la propia casa de la viña criaba los vinos que después vendía a las grandes bodegas exportadoras. Eran almacenistas, tradición jerezana que se mantiene a día de hoy en muchas casas.
En los años 1940 da un gran paso de la mano de su yerno, Emilio Lustau, trasladándose a la ciudad de Jerez y embotellando y exportando sus propios vinos. Y ya en el año 2000, adquiere la que es su actual bodega en el centro de la ciudad jerezana. Se trata del complejo Los Arcos, construido en el siglo XIX, y que alberga en su interior seis bodegas de crianza que datan de diferentes épocas. Estilo cadetralicio, altos arcos, albero, humedad y penumbra que abrazan esos cientos de botas que dejan reposar en su interior los vinos con la quietud necesaria para que crezcan. Y vaya si lo hacen. Enormes jereces los de una de las grandes bodegas de la zona.