Antonio María Esquivel es uno de los principales representantes de la pintura romántica española, y dueño de una heterogénea producción que recorre los diversos géneros en boga, como la pintura religiosa, la mitológica, la histórica, la costumbrista y el retrato. Fue, de hecho, un prolífico retratista, que adaptó los formatos a las posibilidades de su clientela. Aunque en el de Manuela Redondo se mueve en coordenadas más modestas y repetitivas, no debe desdeñarse su exquisita factura. El pintor se centra en la transcripción fiel de los rasgos de la melancólica modelo, pero les insufla una cierta idealización de corte purista, que se subraya en la búsqueda de un rostro ligeramente ovalado, de boca apretada y ojos almendrados. La obra es un perfecto ejemplo de su dominio del dibujo y de la gravedad cromática que dominó gran parte de su producción.
Mikel Lertxundi Galiana
Número de inventario: STM-000056-001