En octubre de 1801 el piloto y cartógrafo español José de Moraleda realizó este plano del apostadero de Callao en Lima donde aparece la localización de las vigías de mar (cualquiera de las torres establecidas en las costas para vigilar el mar), que habían sido establecidas por el primer comandante general del Departamento Marítimo del Callao, Tomás de Ugarte, para proteger los fondeaderos, de modo que los navíos allí apostados no pudieran ser sorprendidas.
Francisco Pizarro fundó Lima en 1535 porque tenía cerca la magnífica bahía del Callao, usada desde antaño por pescadores nativos. Pronto surgió una población que a finales del siglo XVI pasó a ser un presidio con cinco compañías. Entre 1747 y 1774 se construyó la fortaleza Real Felipe, y en la década de 1780 se levantaron los pequeños fuertes de San Rafael y San Miguel, para cubrir sus flancos y ampliar la protección del fondeadero. El mando de las fuerzas navales apostadas en el Callao fue ejercido por el comandante más antiguo presente hasta 1799, cuando se creó el Departamento Marítimo del Callao, con jurisdicción desde Veraguas hasta el cabo de Hornos, y se nombró al brigadier Tomás Ugarte y Liaño como su primer comandante general. El último en desempeñar tal función fue el brigadier Antonio Vacaro, quien en septiembre de 1821 debió entregar los medios a su mando a las fuerzas independentistas.