Retrato femenino de medio cuerpo, ligeramente ladeado hacía la izquierda y mirando al espectador. La efigiada está sentada en sillón tapizado de terciopelo rojo sobre un fondo grisáceo enmarcado en óvalo. Va vestida de manera muy elegante, con amplios encajes en el pecho y como aderezo luce un largo collar de perlas con broche de zafiro. Cubre su cabello con una mantilla negra de transparente encaje que le cae sobre los hombros y entre sus manos sujeta un abanico cerrado, con varillas de nácar labradas.
En el lateral izquierdo del lienzo aparece la siguiente inscripción: "EXMA. SRA. DA. MARIA DE LA ENCARNACION / CUETO DE SAAVEDRA. / DUQUESA DE RIVAS".
María Encarnación Cueto Ortega contrajo matrimonio con Ángel de Saavedra, futuro tercer duque de Rivas, quien fue discípulo de José de Madrazo e íntimo amigo de la dinastía artística. Dentro de sus múltiples ocupaciones: militar, político, diplomático, pintor, hay que destacar su faceta como literario siendo "Don Álvaro o la fuerza del sino" su obra más destacada.
Este retrato consta en el inventario que dejó Federico de Madrazo de todos los retratos que efectuó desde 1842 hasta 1894, fecha de su fallecimiento. Con el número 399 cita: "Retrato con manos de la Duquesa de Rivas, Madre, con mantilla. 10.000 reales". Este cuadro hace pareja con la efigie de su marido, "Ángel de Saavedra. Duque de Rivas" (Museo del Romanticismo, Inv. CE2059) también de Federico de Madrazo. El lienzo, firmado y fechado en 1878, fue realizado muy posteriormente a la defunción de su esposo que había acaecido en 1865.
Debido a la gran notoriedad de la carrera profesional de Federico de Madrazo, en el año de realización de este óleo, le fue concedida la Cruz de Comendador de la Orden Nacional de la Legión de Honor por parte del gobierno francés.