Maza de minero

Maza de minero tallada en diorita de color grisáceo, de forma ovalada, estrangulada ligeramente por una hendidura situada en el punto medio del diámetro menor del óvalo. Esta hendidura posiblemente sería empleada para fijar una cuerda que permitiera su uso minero. En ambos extremos la pieza tiene una serie de muescas, posiblemente provocadas por el impacto para la extracción de metales. La Península Ibérica contaba con grandes riquezas mineras repartidas por toda su geografía, lo que atrajo a numerosos pueblos desde tiempos prehistóricos, para su explotación. Los minerales más buscados eran los metálicos, como el cobre y el estaño para la realización del bronce, aunque ya en tiempos más recientes comenzó a extraerse hierro para la realización de diferentes útiles, cuya técnica fue importada por los fenicios. Los yacimientos mineros más relevantes de la Península se localizaban en el Suroeste, bajo dominio tartésico, aunque durante el período íbero las minas que tuvieron más importancía son las localizadas en la Alta Andalucía y el Sureste. Esta proliferación de centros mineros provocó la construcción de infraestructuras, como las torres de vigilancia, que servían para controlar el tráfico de las ricas mercancias de los pueblos colonizadores y de los minerales de los pueblos autóctonos. Esta pieza procede de Cerro Muriano, en la sierra cordobesa, un centro minero de importancia durante la Edad del Bronce.