Dentro de la construcción naval los modelos eran construcciones de barcos en menores dimensiones que servían tanto para presentar la futura construcción del navío como para servir de guía en su construcción, los conocidos como modelos de construcción, de astillero o de arsenales. Debido a la alta calidad técnica, científica y artística que poseen, y su aportación al conocimiento de los avances de la construcción naval en esta época y por consiguiente a una mejor comprensión del momento histórico son piezas muy valoradas y engrosan las colecciones de los museos navales de todo el mundo.
Éste en concreto representa el navío Real Borbón, construido por orden de Fernando VII que se lo encargó a Pedro de Lima contramaestre de la Real Casa que lo construyó en el Palacio Real de Madrid entre 1817-1819. El navío está formado por tres puentes y 114 cañones en madera de ébano, hueso, concha y nácar con velas de algodón. En el mascarón aparece el león coronado reglamentario de los buques de la Armada y en el espejo de popa sobresale un medallón con la imagen de San Antonio de Padua.
El navío nunca llegó a construirse pero su modelo es un ejemplo de la riqueza técnica y estética que alcanzó el modelismo naval en España durante el siglo XVIII y principios del XIX. El modelo tenía una tripulación formada por figuritas de barro modelado y policromado de las que se han conservado siete.
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