Modelo de la fragata Diana de 44 cañones

Esta obra es un modelo de astillero de una sola cubierta provisto de todo su aparejo, arboladura, jarcia y velamen, con las velas aferradas a las vergas. En el tope del palo mayor arbola una insignia corneta de dos puntas con los colores y franjas del Real Decreto de 1785. El casco, de líneas finas, está entablado de cintas para arriba; en la obra viva sólo se han puesto las vagras de construcción dejándose sin poner el forro, como es característico en los modelos de arsenales. La proa tiene como mascarón una preciosa talla en hueso o marfil que representa a la diosa Diana. Desde 1793 los mascarones parlantes, alusivos al nombre del navío, sustituyeron al león coronado en los navíos de la Armada.

La fragata Diana fue construida en el astillero de Mahón por Honorato de Bouyon, siguiendo un proyecto de Julián Martín de Retamosa (1747-1827), ingeniero que sucedió a Romero y Fernández de Landa en 1791 al frente de las construcciones navales. Se inició la construcción por Real Orden de 22 de septiembre de 1790 y fue botada en 1792. Su primer comandante fue el capitán de navío Baltasar Hidalgo de Cisneros nombrado el 30 de marzo del mismo año. Declarada la guerra a Francia el 23 de marzo de 1793 tras la muerte de Luis XVI, transportó tropas para el ejército del Rosellón. A punto de declararse la guerra a Inglaterra, el 19 de septiembre de 1796 se hizo cargo de la Diana el también capitán de fragata Juan José Varela, con la que desempeñó varias comisiones en el Mediterráneo incorporada a la división del general Lángara. Agregada a la escuadra ya al mando del teniente general José de Córdoba salió el 31 de enero de 1797 hacia el Atlántico. El 14 de febrero de 1797 asistió al combate sobre el cabo de San Vicente contra la británica de Jervis. Posteriormente en 1815 salió de Cádiz al mando del capitán de navío José de Salas, formando parte de la escolta de un convoy de 65 velas que conducía a Cumaná el ejército del general Pablo Morillo destinado a recuperar Venezuela. Al mando de José Ramón de Obregón en 1820, salió a la mar desde Cádiz el 8 de agosto siguiente para cruzar sobre las costas argelinas en unión de fuerzas navales holandesas, con objeto de hacer cumplir los acuerdos internacionales e impedir el corso berberisco. En 1821 la fragata quedó desarmada y causó baja en la lista de buques de la Armada el año siguiente.

El modelo, de autor anónimo pero diseñado por Julián Martín de Retamosa, una vez empleado en las obras de la fragata Ninfa (a) Nuestra Señora del Rosario, un oficio de 1 de diciembre de 1797 autorizó a traerlo a la Corte. En el inventario de los bienes dejados por Fernando VII figura colocado en su biblioteca particular del Palacio Real de Madrid en la misma vitrina en que se expone en el Museo. Por orden de la reina Isabel II de 8 de junio de 1847 fue depositado el mismo mes en esta institución.