Modesto Brocos, compostelano afincado en Brasil, regresó a Europa para realizar la obra que "soñó antes de ser pintor". En la fotografía puede verse al artista finalizando el gran lienzo en 1899 -tal como atestigua hoy la firma- a tiempo de presentarla en la Exposición Universal de París del año siguiente, en la que no adquiriría el éxito deseado.
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