El reloj de candela del que nos habla Ibn al-Jatib, estuvo en la corte nazarí de Granada durante la celebración de una fiesta. Tenía forma de dodecágono, y en cada uno de sus lados había un nicho en forma de mihrab, con una ventana sujetada por un pestillo. Bajo la ventana había una bandejilla metálica. En la parte superior había una vela dividida en 12 partes, una correspondiente a cada hora. En cada división había un hilo de lino, unido por el otro extremo a uno de los pestillos de las ventanas. Cuando la vela ardía y se consumía uno de los 12 intervalos, se quemaba el hilo de lino, haciendo que el pestillo saltara. Al saltar el pestillo caía a una pequeña bolilla a la bandeja, emitiendo un sonido que informaba de que había transcurrido una hora. Igualmente caía una hojilla en la que había escrito un verso.