Este influyente artista, abiertamente gay durante la era del sida, trabajó en San Francisco y Nueva York. Empleaba diversos medios y estilos y era un ávido colector de objetos encontrados de la cultura popular y urbana, los cuales incorporaba a sus obras. Wong colaboró en muchas ocasiones con su pareja, el poeta Miguel Piñero, una de las principales voces del movimiento “nuyorican” que promovía la cultura puertorriqueña en Nueva York.
Poco después de graduarse de la universidad en 1968, Wong empezó a hacer dibujos y retratos para ganarse la vida, autoproclamándose la “Instamatic Humana” (una ingeniosa alusión a las cámaras fáciles de usar que se popularizaron en ese tiempo). Este dibujo proveniente de esa poca es magnífico, no solo por su excelente trazo, sino porque logra sintetizar la era bohemia y libre en que el sida tronchó tantas vidas, incluida la de Wong.