La pieza del Museo de las Artes (MUSA) representa a un personaje masculino acariciando a un perro, rodeado de elementos que suelen aparecer en sus cuadros. Perros, gatos, caballos y variadas clases de aves conforman parte de su repertorio iconográfico, donde no faltan continuas referencias a la transformación de las costumbres campesinas que, al entrar en contacto con una urbe, modifican sus maneras de actuar y de vestir. Su obra posee una sencillez juguetona y un sentido del humor que asoma sutilmente en todas sus telas a través de suaves pinceladas de colorido armónico, en los que refleja su buen oficio de pintor.