El conjunto de lienzos de "Los Desposorios de Santa Catalina" formaban el retablo de la Capilla Mayor del Convento de Capuchinos de Cádiz. Este retablo fue la última gran obra encargada a Murillo. Todo parece indicar que el artista murió a consecuencia de una caída que sufrió mientras pintaba el cuadro central. El retablo fue terminado por su discípulo Meneses Osorio.