Durante la temprana República, las oportunidades académicas para las mujeres eran escasas. A pesar de algunos intentos por normar la educación femenina así como del aumento de escuelas para mujeres, su eduación solo alcanzaba el nivel primario, no pudiendo acceder al secundario ni superior. Ello irá cambiando hacia finales del siglo XIX, junto con una mayor participación de las mujeres en el mundo letrado. Inicialmente, el ingreso femenino a los estudios universitarios estaba vetado, por lo que las primeras mujeres que buscaron inscribirse en las facultades de estudios superiores, debieron tramitar pemisos especiales así como rendir exigentes pruebas de aptitud. Por dicho motivo, las niñas que terminaban los estudios primarios, muchas veces optaron por inscribirse en las escuelas normales donde se formaban como docentes. Diversos mandatarios y legislaciones buscaron que estas escuelas abrieran en diferentes partes del país, aunque muchos intentos fueron fallidos. Sin embargo, ese no fue el caso de la Escuela Normal de Preceptoras de Lima, institución fundada en 1976, que aunque con distinto nombre, hasta el día de hoy funciona.