Un cacique del periodo Yotoco de la región Calima, en el suroccidente colombiano, fue enterrado con este adorno de oro, su nariguera. Cuando se halló su tumba, aparecieron en ella también sus orejeras, su pectoral, unas pinzas depilatorias, otras pinzas colgantes y dos pequeñas figurinas: una de un hombre enmascarado y otra que retrata al cacique con esta nariguera, con su pectoral y sus orejeras.
La nariguera es muy especial. Tiene una nariz muy humana de donde cuelga un sencillo aro decorado con una piedra. Sus ojos de piedras verdes le dan una mirada penetrante; por su piel manchada y sus orejas reconocemos al jaguar, el felino americano de mirada nocturna y color de oro. Las dos prolongaciones inferiores son sus patas delanteras, y a ambos lados vemos, según una perspectiva amerindia que muestra los dos costados simultáneamente, las patas traseras dobladas con las que el felino devorador se apresta a saltar sobre nosotros.
Suspendida de la nariz, esta extraordinaria pieza cubriría la boca y la parte inferior de la cara del cacique, transformándolo en un jaguar y dotándolo de sus poderes. EL
¡Todo listo!
Tu primer Culture Weekly llegará esta semana.