Ídolo oculado

Fragmento cilíndrico de mármol de color blanco grisáceo con decoración incisa. Los motivos que aparecen representados son esquemáticos y simulan los rasgos faciales humanos; se resumen en una serie de líneas curvas incisas confrontadas en la parte superior del cilindro que intentan imitar el cabello. Bajo ellas se presentan los característicos ojos denominados de lechuza o soles (compuestos por pequeñas líneas rectas incisas distribuidas de forma concéntrica). Por la parte posterior del ídolo aparecen una serie de líneas en zig-zag, también incisas, que simulan la cabellera.Bajo estos motivos decorativos aparecen un conjunto de incisiones que posiblemente imitan las formas de una túnica de ceremonia (hecho que no se puede asegurar porque la pieza no está completa).

Este tipo de representación iconográfica de ídolos oculados procede del Próximo Oriente, en torno al IV Milenio a.n.e. Serán muy comunes a partir del período Calcolítico, en torno al III-II Milenio a.n.e. Son piezas vínculadas y halladas en ajuares funerarios dentro de sepulcros megalíticos o cuevas. Estas piezas pueden estar o no decoradas, siendo las que carecen de decoración las más fáciles de encontrar en el Valle del Guadalquivir, Extremadura o Portugal. Su función sería de carácter religioso - simbólico, estando muy enraízadas en el mundo de las creencias de aquellos pueblos. Se han hallado ídolos de temáticas muy variadas: antropomorfos, fálicos, oculados... unidos por un nexo común: los ojos con forma de sol y el tatuaje facial.