Una parte importante de la geografía española está salpicada de olivos: se cultivan de norte a sur y de este a oeste de la Península Ibérica y en las Islas Baleares. El sur olivarero: existen unas 2.000 almazaras en todo el país, y de ellas, unas 800 en Andalucía. Más de la mitad de la producción de aceite de oliva nacional, y casi un 25% de la producción mundial, procede exclusivamente de la provincia de Jaén.
El olivo tiene una importante función medioambiental. Es un nicho ecológico para numerosas especies vegetales y animales, como insectos, aves, mamíferos...; un medio contra la desertificación, una fuente fundamental de producción de oxígeno en los lugares más áridos y, también, un excelente cortafuegos.