La Virgen de Kazan representada en busto y de tres cuartos de frente, con la cabeza inclinada hacia su Hijo, en posición frontal y con la fisiognomía de un adulto, y bendiciendo con la mano derecha. Según la leyenda, esta representación fue traída desde Constantinopla a la ciudad de Kazan (Rusia) en el siglo XIII. Con la invasión de los Tártaros, esta imagen desapareció siendo descubierta en el siglo XVI, tras la liberación de Kazan por Iván el Terrible.
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