En el espacio central superior se representa a la Virgen y el Niño y el tercio inferior de la pintura se divide en tres recuadros que albergan escenas de carácter narrativo. Todas estas imágenes comparten un fondo dorado común. La Virgen inclina ligeramente la cabeza hacia el Niño. En tanto el Niño, en posición frontal, mira hacia el espectador y bendice con su mano derecha.