La población de origen amazigh que habitó las islas Canarias permaneció prácticamente aislada hasta la conquista castellana en el s. XV, por lo que su desarrollo cultural presenta una notable diversidad respecto al resto de España, pero también de una isla a otra del archipiélago. La cerámica es un buen ejemplo de esa diversidad, como también lo es de la pervivencia de las técnicas tradicionales de la alfarería hasta la actualidad.
Este pequeño recipiente con decoración geométrica pintada formaba parte de un conjunto de 4 piezas cerámicas localizadas a fines de los años 30 en El Roque de Telde. Son vasos con un tratamiento cuidado, pastas depuradas y sin huellas de exposición al fuego lo que los aleja de los recipientes de cocina y los relaciona con un uso de presentación o consumo de alimentos. Se trata de producciones locales y probablemente femeninas a juzgar por datos etnográficos y antropológicos. La decoración pintada es exclusiva de la cerámica arqueológica de Gran Canaria y es más abundante en los periodos más próximos al Medievo europeo