El estancamiento evolutivo y el aislamiento geográfico explican la existencia de fósiles vivientes, plantas sin flor muy peculiares que han perdurado hasta la actualidad. Su apariencia es engañosa, no son palmeras ni nada parecido, y la piña que se forma en el cogollo de la planta la delata: es homóloga de la que encontramos en las coníferas.