A partir del siglo XVIII, los mejores mapas empezaron a ser producidos en París, principalmente bajo el auspicio del rey Luis XIV, dando fin a una época de superioridad holandesa en la cartografía. Este mapa pertenece al libro Corso Geografico Universale del veneciano Vincenzo Coronelli quien fuera muy reconocido por fabricar globos terrestres para la corte francesa. El grabado retoma la hechura clásica que cubrió el área geográfica de las provincias de Guadalajara, Jalisco, Michoacán y México divulgada en 1570 por el geógrafo del monarca Felipe II, Abraham Ortelius (1527 - 1598), en su atlas Theatrum Orbis Terrarum.