Este gran pectoral fue elaborado por un experimentado orfebre mediante la técnica de la fundición a la cera perdida en una tumbaga –aleación de oro y cobre– de color rojizo debido a su alto contenido de cobre. Los diseños calados en el cuerpo y el tocado de la figura fueron finamente recortados en la cera antes del vaciado.
La pieza muestra una imponente figura antropomozoomorfa con las extremidades desplegadas lateralmente, de estilo esquemático, que se destaca por su simetría, formas rectilíneas y equilibrio de las proporciones. Personifica probablemente un hombre-jaguar, según lo sugieren los calados en el cuerpo que parecieran simular las manchas de la piel, la boca prominente exhibiendo los dientes y la postura abierta del cuerpo como si estuviera echado sobre su vientre. El rostro, de aire humano, presenta dos bandas longitudinales de pintura facial que atraviesan los ojos.
La filiación cultural de este pectoral ha sido siempre problemática para los arqueólogos, pues en él se combinan tanto elementos de la orfebrería del estilo Tolima del valle medio del Magdalena como de la Quimbaya del periodo Temprano del Cauca Medio. La forma de la figura es claramente del primer estilo, mientras la tecnología de elaboración remite a la segunda. La pieza fue encontrada a comienzos del siglo XX, por buscadores de tesoros, en una tumba de un cementerio de élite en las montañas del Quindío sobre la Cordillera Central colombiana, en la región del Cauca medio. MAU