Según investigaciones de especialistas de la biología, este fino adorno colgante parece representar un caracol terrestre de la familia Camaenidae, animales propios de los bosques tropicales y subtropicales, en donde viven sobre madera en descomposición, hierbas altas y bases de troncos de árboles. Como ocurre con casi todas las representaciones zoomorfas en la orfebrería prehispánica colombiana, estos caracoles son especies cuya importancia no derivó probablemente de la esfera económica sino de sus características físicas o de comportamiento, que se utilizaron como metáforas para significar aspectos de la organización social o la cosmología. Un rasgo que pudo haber sido llamativo de estos caracoles es la forma de espiral que muestra su concha, un motivo frecuente en la decoración de la orfebrería y la cerámica del periodo Temprano del Cauca Medio. MAU
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